Una cosa invariablemente es importante cuando comienzas a realizar un deporte. Alimentarte bien. Es el combustible para que aceleres, te mantengas en movimiento y por supuesto debes poner énfasis en hacerlo del modo adecuado, cuidarlo al igual que cuidas la técnica para correr.
No obstante, al igual que cada corredor tiene su estilo particular y movimientos que le caracterizan en comparación con otros corredores de su mismo nivel de resultados, en la alimentación pasa algo similar.
Es imposible querer obtener el mismo resultado por repetir la fórmula de alimentación de otro atleta, debido a la manera especial de asimilar lo que consume cada organismo y aquí es donde tan importante es conocernos en la pista como en la mesa.
Seguramente ya te has dado cuenta que ciertos alimentos te hacen sentir incómodo. Algunas harinas pueden provocar distensión en tu abdomen. Conozco a quien las uvas le aceleran el proceso digestivo llevándolo al sanitario en pocas horas. Las nueces y semillas son maravillosas por sus aportes nutritivos pero algunos pueden terminar con salpullido si las comen.
Una dieta a base de curry puede funcionarle perfectamente a Fauja Singh, y le sirve perfectamente para correr maratones, pero los condimentos o ciertos ingredientes tal vez no le caen bien a mi estómago, pueden irritarlo o hasta perjudicarlo si presento una reacción alérgica a ellos. Aquí es donde entra la genética.
Nuestro cuerpo al igual que hereda características de nuestros padres, hereda otras peculiaridades como su capacidad para asimilar o ser intolerante e incluso alérgico a algunos alimentos. Generalmente esto viene condicionado por nuestro grupo étnico o la mezcla de grupos étnicos que hay en nosotros.
El cacao, por ejemplo, es muy rico en polifenoles antioxidantes, grasas y minerales pero ciertos organismos principalmente europeos no lo toleran (recordemos que proviene de una planta originaria de América). Por muy bueno que sea, hay que descartarlo.
La leche de vaca por otro lado también contiene potasio, calcio, naturalmente te ayuda a reponer electrolitos que pierdes al correr y transpirar pero la lactosa hace de las suyas en quienes no la toleran y esta cifra va de el 3 al 5% de los europeos, contra el 75% de los mexicanos. De nuevo, recordemos que quienes comenzaron a consumir leche de vaca fueron los europeos y aquí constatamos que están mejor preparados para asimilar todas sus ventajas.
Después de conocer un poco sobre esto. Lo mas recomendable sería echar mano de los alimentos nutritivos con que contamos normalmente. Si te pones a analizarlo seguramente tendrás un amplio abanico de opciones entre lo que localmente se consume en tu comunidad o tus preferencias gastronómicas culturalmente hablando. Tu organismo estará mejor preparado para sacar todo el provecho de esto y como plus, seguramente tu bolsillo quedará menos vacío.
Busca semillas, legumbres, frutas de temporada, verduras (procura consumir de todos los colores, verdes, rojas, amarillas), proteínas de origen animal y no quedarás lejos de aportarle a tu cuerpo lo que necesita. Apóyate en un profesional si tienes dudas sobre la cantidad que debes ingerir dependiendo tu gasto calórico.
No por esto quiero decir que te prives de experimentar con nuevos alimentos, pero primero consúmelos en poca cantidad y junto a otros que ya conoces para que en caso de haber una reacción conozcas la causa.
Para finalizar, junto al placer de correr, pongamos de comer rico y nutritivo. La combinación será estupenda.